El Mundo tras la Revolución Industrial 3.0: Viviendo en una Sociedad Fluida e Hiper-conectada

El Mundo tras la Revolución Industrial 3.0: Viviendo en una Sociedad Fluida e Hiper-conectada

Artículo 1 del Capítulo 1: Gestión de la Complejidad.

La Situación (Observar/WATCH)

“Be Water, My VULCANian Friend”

“Todo Fluye, Nada Permanece”

Heráclito

Vivimos en el cambio, del cambio, para el cambio. Somos cambio.

Hay cambios que podemos controlar, incluso instigar. Los menos. Sobre otros podemos influir, en el mejor de los casos. Pero muchos nos vienen dados, nos los encontramos. Los más. De éstos, algunos podemos sospecharlos, anticiparlos y en consecuencia preocuparnos por estar preparados para cuando ocurran. Otros aparecen repentina e impredeciblemente, obligándonos a una reacción y adaptación súbitas. Centrémonos en estos últimos para esta serie de artículos. Si la magnitud del cambio es sutil, pausado y progresa en sucesivas etapas discretas, no nos demandará mucho, posiblemente nos adaptaremos de modo natural y paulatino, casi imperceptible e inconscientemente. Solo cuando miremos atrás con la perspectiva temporal, nos daremos cuenta de la transformación experimentada. Sin embargo, de cuando en cuando, se producen cambios drásticos y disruptivos, que incluso llegan a ocasionar una transformación total del status quo y paradigma en el que vivimos. Volvemos al punto de salida, al cero. Tenemos que recomenzar la partida, o mejor dicho un nuevo juego, con nuevas reglas y jugadores. El reto es enorme: ¿cómo sobrevivir y navegar a través de una tormenta que no hemos sido capaces de predecir? No nos queda más alternativa que “resetearnos” (reiniciarnos), que reinventarnos. 

No sobreviven las especies más inteligentes ni las más fuertes, sino aquéllas con mayor capacidad de adaptación” 

Charles Darwin

Los avances tecnológicos y científicos alcanzados desde finales del siglo XX en el ámbito de la información, digitalización y comunicaciones (las conocidas como TIC: tecnologías de la información y la comunicación) han transformado drásticamente la Sociedad y nuestro modo de vivir y relacionarnos. Podemos hablar de una Revolución de la Conectividad Acelerada y Masiva. En la Sociedad de la Tercera Revolución Industrial 3.0, todo está conectado y fluye más rápido, en mayor cantidad, más livianamente, de forma más inteligente y a más distancia. Todo está al alcance de la mano o de un clic, inmediatamente accesible. Vivimos la ilusión casi divina de la ubicuidad: estar presentes en todas partes al mismo tiempo, como observadores o como actuadores virtuales. Más aún, sin apenas haber tenido tiempo de adaptarnos al nuevo modus vivendi, nos encontramos ya en los albores de la siguiente Revolución y enfrentándonos a la apertura de una nueva era, posiblemente la más transcendental en la Historia de la Humanidad: la Revolución del Evolucionismo Artificial, del “Homodeísmo”, de la Nueva Identidad. El “hombre divino” (el Homo Deus de Y. Harari) avanzando hacia el transhumanismo y la singularidad tecnológica. Por primera vez en la Historia Natural, el ser humano desafía las leyes de la evolución y se arroga la facultad de modificar y crear nuevas especies autónomas con inteligencia natural (tecnologías biónicas y edición génica) o artificial (computación y robótica); así como traspasar las fronteras de la mente y replantear el concepto de “identidad” entendida como la propiedad y privacidad del pensamiento (neurotecnología de implantes cerebro-ordenador, ICC). Pero aparquemos de momento este escenario futuro que nos espera y detengámonos en el momento presente.

Para tratar de describir las características de este nuevo entorno presente, se ha adoptado el acrónimo VUCA, por las iniciales de los términos Volátil, Incierto (Uncertain en inglés), Complejo y Ambiguo. Creado originalmente en el ámbito militar tras el fin de la Guerra Fría, su aplicación se ha extendido muy pertinentemente al análisis estratégico de la conducta de individuos, grupos sociales y organizaciones empresariales en el mundo contemporáneo. A fin de precisar más la descripción, propongo añadir dos nuevos atributos a estos cuatro elementos: Estratificado (“Layered” en inglés) e Interconectado (“Networked” en inglés). Mezclando convenientemente los seis elementos, el acrónimo evolucionaría a VULCAN:

  • Volatile (volátil): Cambio frecuente, rápido e inesperado
    • Inestabilidad, inconstancia
    • Fugacidad, evanescencia
    • Intangible, inaprensible
  • Uncertain (incierto): Impredecibilidad del futuro
    • Poca claridad sobre la evolución del presente
    • Sorpresa
    • Dificultad de planificación
  • Layered (estratificado): Sistemas funcionales organizados en capas.
    • Capacidad y complejidad se construyen, crecen y reparan modularmente
    • Cada sistema es todo y parte: el bienestar y buen hacer del todo depende del de las partes (“everything depends on everything else”)
    • Jerarquía natural (p. ej. ecosistemas, organismos pluricelulares) 
  • Complex (complejo): Difícil de comprender
    • Multiplicidad de variables, fuerzas y factores de decisión
    • Relaciones causa-efecto no evidentes y confusas
    • Comportamiento elusivo, caótico, aparentemente aleatorio
  • Ambiguous (ambiguo): Poca claridad sobre el significado de los hechos
    • Múltiples interpretaciones. Distorsión prismática de la realidad.
    • Confusión, malentendidos y tergiversaciones.
    • Complicadas explicaciones
  • Networked (interconectado): Conectividad de elementos diversos en red horizontal.
    • Naturaleza neuronal: nodos retroalimentados
    • Autogestionables: organización, aprendizaje, crecimiento
    • Agilidad y adaptabilidad

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Este nuevo panorama supone la licuación o sublimación del mundo pasado anterior a la revolución TIC de la Conectividad para dar paso a un nuevo paradigma que metafóricamente el filósofo Zygmunt Bauman ha llamado “Modernidad Líquida”. La nueva Sociedad que ha emergido en el moderno entorno VULCAN es una Sociedad Líquida sujeta a cambios continuos e irreversibles. En contraposición, el mundo y la sociedad pasados eran “sólidos”; esto es, sostenidos en realidades tangibles, más predecibles y controlables, programables, más estables. Los procedimientos estandarizados, las normas, los valores absolutos, la repetición, las costumbres, las colectividades eran sus reglas del juego y ámbito de actuación. Sin embargo, ello les hacía demasiado resistentes al cambio externo y la mutabilidad interna, lentas de movimiento, con tendencia a la involución y con limitada capacidad de renovación. Una sociedad “Dinosaurio”.

Curiosamente, esta dicotomía se ha usado recientemente también para describir diferencias entre redes cognitivas con capacidad para intercambiar, almacenar y procesar información. Así se habla de “cerebros sólidos” como aquéllos en los que existe una estructura física de elementos y conexiones bien definida y persistente (p.ej. redes neuronales cerebrales o microprocesadores in silico), y “cerebros líquidos”, en los que las conexiones no son estables y los elementos son dinámicos, pudiéndose incluso mover en el espacio (p.ej. colonias de hormigas, el sistema inmune o algunos microbiomas). Estos últimos resultan ser enormemente adaptables y ágiles y son capaces de resolver problemas complejos, aprender, memorizar en respuesta a cambios del entorno.

Las modernas Sociedades Líquidas, o mejor aún Sociedades Fluidas”, se caracterizan por cinco características esenciales de las entidades que las componen y que son propias de la naturaleza física de los fluidos, ya sean líquidos o gaseosos:

  • Evanescentes: bienes, valores y recursos (“activos”) pueden desaparecer sin dejar rastro. Se evaporan o subliman para nunca más volver o para instalarse en “la nube”.
  • Maleables: la alta tasa de cambio y su imprevisibilidad demandan mecanismos de adaptación ágiles, rápidos y energéticamente eficientes.
  • Livianos: los activos de valor pueden ser más ligeros y vaporosos, permiten moverse rápida y masivamente. 
  • Resilientes: ante una situación de estrés y perturbación, los sistemas pueden salir reforzados tras la compresión y ejercer un efecto de más impacto que el ejercido previamente. La presión se transmite al instante sin ruptura.
  • Evasivos: sistemas y elementos difíciles de contener y detener en su movimiento, intangibles en algunos casos. La forma de los fluidos es efímera, no se aferran a un espacio ni tiempo concretos, sino que la historia forma parte de su naturaleza.

Parafraseando a Bauman, las identidades de esta nueva modernidad líquida son semejantes a la costra de un tubo de lava volcánica, que se endurece, vuelve a fundirse y cambia constantemente de forma, antes de que puedan enfriarse y fijarse. Desde fuera pueden parecer estables y sólidas, pero en el interior se muestran frágiles y desgarradas constantemente por su entorno. 

En la actualidad coexisten sociedades y organizaciones sólidas y fluidas, con distintos grados de fluidez, o incluso mixtas, donde cada tipología se aplica según sea la funcionalidad, operativa e idiosincrasia de cada elemento o unidad individual que componen el todo. No hay modelo bueno ni malo en si mismo, sino bien o mal adaptado a las circunstancias. Así ocurre en las organizaciones empresariales. Aquéllas basadas en la producción en masa mediante líneas de montaje y empleo de la electricidad (modelo de la Segunda Revolución Industrial 2.0: las ExxonMobil, Coca Cola y General Electric) se constituyen principalmente como organizaciones sólidas, mientras que las emergentes y disruptivas empresas TIC (modelo de la Tercera Revolución Industrial 3.0: las Facebook, Alphabet/Google) adoptan preferentemente el modelo de empresa líquida o fluida. Empresas que realizan a la vez innovación y producción, tales como las de energías renovables, dispositivos TIC o las farmacéuticas, compaginan ambas culturas.  En aras de la eficiencia y éxito del negocio, las empresas deben alinear su cultura, procesos y organización de personas al mercado, a la naturaleza de sus recursos y a su estructura financiera. Sin embargo, existe la inercia de que las organizaciones empresariales sigan estructurándose de acuerdo a esquemas derivados del modo lineal y secuencial de producir y operar previo a la Revolución TIC, es decir modelos compartimentados y con jerarquía piramidal. Y es que somos naturalmente resistentes a impulsar un cambio, tanto por la inseguridad que nos genera como por la incapacidad para gestionarlo eficientemente (NOTA: “Change Management” es una metodología de gestión ampliamente desarrollada, de la que podremos ocuparnos en capítulos futuros). 

Llegados a este punto se me ocurre hacer dos observaciones de posible interés. Si tomamos como indicador la evolución de la cotización bursátil durante los períodos de crisis súbita, como la que ha supuesto la pandemia del COVID-19 a principios del 2020 (ver figura), queda patente la mayor vulnerabilidad de las organizaciones sólidas (incluidas en el Dow Jones Industrial, DJI) ante la desconfianza de los inversores y su menor capacidad de reacción en comparación con aquéllas más líquidas y basadas en la innovación, tecnología y conocimiento modernos (incluidas en el NASDAQ, si bien algunas de las más capitalizadas también cotizan en el DJI). El tiempo dirá si es un efecto sostenido o una burbuja especulativa. En el 2018, General Electric (GE) fue expulsada del índice Dow Jones tras 111 años cotizando y haber sido la compañía de mayor valor bursátil a nivel mundial y símbolo del poder industrial de EE. UU. durante el siglo XX (“Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”). 

En resumen, la revolución tecnológica de la Conectividad ha ocasionado la emergencia de un nuevo entorno, que hemos descrito como VULCAN, y el cambio de paradigma a una modernidad donde la Sociedad se ha fluidificado. Las identidades de esta modernidad ya sean individuos, colectivos humanos u organizaciones empresariales, se enfrentan al enorme reto de la adaptabilidad a un nuevo escenario. La cuestión es cómo hacerlo. ¿Existen pautas para no dejar el éxito de tal proceso de cambio al capricho aleatorio de la suerte o el azar para no solo sobrevivir, sino incluso salir fortalecidos?

En los siguientes artículos desarrollaremos el tema de la Gestión de la Complejidad en las organizaciones innovadoras modernas. Trataremos de

  1. Enunciar y concretar estos retos (no hay respuesta mala sino pregunta mal hecha)
  2. Identificar conocimiento científico desarrollado previamente para entender sistemas naturales de características análogas y finalmente
  3. Proponer herramientas para la gestión de sistemas organizativos en este nuevo entorno.

Os invito a que os embarquéis en esta travesía que haremos conjuntamente.

Por el momento, os dejo con el consejo taoísta de nuestro amigo Mr. Bruce Spock-Lee: “Be Water, My VULCANian Friend”. No tienes que usar la fuerza para luchar contra la fuerza, es mejor ser como agua y dejar que el golpe fluya sobre tu oponente.

No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua. Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza. Si pones agua en una botella se convierte en la botella. Si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede chocar. Sé agua, amigo mío.” (Bruce Lee)

PROXIMOS ARTICULOS DEL CAPITULO 1: GESTION DE LA COMPLEJIDAD

ARTICULO 2: La Oportunidad (Preguntar/ASK)

“El Gran Reto VULCANIANO: Programando lo Impredecibible y Sosteniendo el Cambio”

ARTICULO 3: La Ciencia (Saber/KNOW)

“La Simplicidad de lo Complejo y la Teoría del Caos”

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